Cómo era la visión de Galeno sobre la naturaleza

Cómo era la visión de Galeno sobre la naturaleza.Galeno aceptó la antigua doctrina de que los cuatro elementos (tierra, viento, fuego y agua) encarnan las cuatro cualidades principales irreductibles (la caliente, la fría, la seca y la húmeda). Estos correspondían a los cuatro humores esenciales del cuerpo (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema.)
Los humores, a su vez, tomaron su origen de los elementos que se encuentran en los alimentos. De hecho, la fisiología de Galeno comenzó con la nutrición. Como veremos, la comida se transformó finalmente en sangre, y la sangre a su vez se transmutó en la carne de los tejidos. Pero el cuerpo humano era más que una serie de órganos hambrientos. Tenía calidez y vitalidad, se movía voluntariamente, tenía pensamientos. Por lo tanto, superpuesto a los espíritus nutritivos o naturales (la sangre) era un espíritu vital. Si bien el espíritu natural tuvo su origen en la comida y la bebida, el espíritu vital se deriva del aire atmosférico. Los espíritus naturales eran transportados por las venas, los espíritus vitales por las arterias. En el centro estaba el corazón, que medió el intercambio entre la sangre en las venas y el aire en las arterias. Como un caldero ardiente, el corazón también le proporcionó al cuerpo un calor innato. El corazón era un horno de fundición y una fábrica, no una bomba. Este modelo industrial del corazón refleja la tecnología existente en la sociedad romana. La analogía del corazón con una bomba de fuerza solo fue posible cuando esos dispositivos se volvieron comunes en el siglo XVI.
Las partes del cuerpo y sus acciones resultaron de diferentes combinaciones de los cuatro elementos, cualidades y humores. Galeno propuso una teoría de las facultades naturales, según la cual cada parte del cuerpo tiene el poder de atraer, retener y crear o alterar sus humores nutritivos, así como de expulsar sus excrementos. En cualquier momento, el flujo de material (por ejemplo, nutrientes, pneuma o desechos) entre las partes del cuerpo parece seguir un gradiente de poderes atractivos y expulsivos.
Galeno estuvo de acuerdo con Hipócrates y Aristóteles en que el calor del cuerpo es innato e inexorablemente vinculado a la vida y al alma. El calor innato es necesario para procesos alternativos y, por lo tanto, es indispensable para la digestión, la nutrición y la generación de humores. El calor innato se deriva del corazón (especialmente el ventrículo izquierdo) y las arterias. Galeno rechazó el cerebro de Aristóteles como un dispositivo de enfriamiento, alegando en cambio que son los pulmones los que refrigeran el corazón. Además de su vitalismo, Galen aceptó ciertas explicaciones mecanicistas. Por ejemplo, estuvo de acuerdo con algunos de sus predecesores en que la naturaleza aborrece el vacío y que hay una tendencia a que se vuelva a llenar el vacío. Para Galen, esta es una ley mecánica que explica cómo la dilatación activa de las cavidades corporales (como el corazón y las arterias) crea tracción y atrae a la materia vecina hacia sí misma. A diferencia de la potente potencia de atracción vital de todas las partes del cuerpo que opera a pequeñas distancias, el efecto de vacío mecánico puede ejercer tracción incluso a grandes distancias.

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